lana 100%

Hay abrigos que se sienten y hay abrigos que se recuerdan. Las mantas de pura lana pertenecen a este segundo grupo.

Tienen el picorcito honesto que de las fibras verdaderas, y justamente ahí vive su fuerza.

La lana abriga incluso antes de tocar la piel. Respira, regula, protege del frío y también del calor. Es aislante, es impermeable, es ancestral. Fue la primera casa que el ser humano tuvo sobre los hombros.

No hay tecnología que supere a una fibra natural, tejida con manos que conocen el invierno.

Te pueden acompañar cuando salís de tu casa y también cuando elegís quedarte mirando tele o leyendo un libro.

El confort está en la temperatura, la autenticidad en la fibra.

Para conocer la ficha técnica de cada pieza, elegila en el desplegable de opciones y vas a ver los detalles de tamaño y materiales.

Hecho a mano en Argentina