capítulo tres: África

En el corazón de África, el textil es una lengua antigua

 

Cada color, cada patrón y cada fibra guarda una historia que atraviesa el tiempo. Después de Europa, donde conocimos los hilos del mito y el destino, el viaje continúa hacia el sur: allí el tejido se une con la tierra, con el cuerpo y con la memoria.

 

África: raíces tejidas en color y memoria

En África, el textil es una forma de hablar sin palabras. Cada hilo guarda símbolos que narran la historia de un pueblo, sus vínculos y su cosmovisión. Desde los antiguos reinos hasta los talleres actuales, el tejido fue lenguaje, identidad y herencia.

El tejido como relato

En muchas culturas africanas, los textiles no eran simples objetos de uso, sino portadores de mensajes. Los colores, los patrones y las técnicas expresaban estatus social, pertenencia y momentos de la vida.
Entre los más reconocidos se encuentran los tejidos Kente de Ghana, formados por tiras angostas de seda o algodón que luego se unen para crear mantos ceremoniales. Cada combinación de color y diseño tiene un significado: el rojo puede hablar del sacrificio, el negro de la unión con los ancestros, el verde de la fertilidad y el oro del poder y la prosperidad.

Materiales y tintes naturales

La mayoría de los tejidos africanos se elaboran con fibras vegetales: algodón, rafia, lino o fibras de palma. En algunas regiones también se usan fibras animales de cabra o camélido. En algunos casos se utilizaban sedas silvestres locales, obtenidas de gusanos autóctonos (Anaphe venata, Anaphe infracta, Borocera magadascariensis), o incluso hilos de seda importado a través de antiguas rutas comerciales. Estas sedas, menos brillantes que las orientales, aportaban una textura única y un carácter propio a los tejidos de lujo.

Los tintes naturales provienen de raíces, hojas, cortezas o barro rico en minerales, lo que da origen a una paleta cálida, de tonos terrosos y profundos. El color no es decorativo: es una extensión del significado del tejido.

Técnicas tradicionales

Cada región conserva sus propios métodos:

Bogolán (Malí): tradicionalmente los hombres se ocupaban del tejido y las mujeres  del teñido.   La tela eran de algodón  y el teñido se realiza con barro fermentado y decorado con símbolos geométricos que cuentan historias personales o espirituales.

 

 

Pueblos Yoruba (Nigeria): tejido yoruba fue símbolo de identidad y celebración. Las mujeres elaboraban piezas con hilos de algodón o seda en telares angostos y los hombres confeccionaban textiles de ceremonia como el Aso Oke, que combina algodón con brillo metálico, utilizado tanto para vestimenta como para accesorios para la cabeza. Otro estilo tradicional es el Adire, tejidos de algodón teñidos mediante técnicas de reserva: las telas se pliegan, se atan  o sellan con pasta de cassava antes de teñirse con índigo natural. El resultado son patrones que, más que decoración, comunican identidad, historia y estatus.

 

 

Adinkra (Ghana): estampado con símbolos que representan proverbios y valores morales, que se imprimen con matrices talladas en calabazas y pigmento de raiz de badie o barro ferruginosos. En todos ellos, el oficio manual sostiene una memoria compartida. Cada puntada reafirma una pertenencia.

Egipto: el cuerpo como tejido sagrado

En el norte de África, Egipto desarrolló una relación particular entre el tejido y la trascendencia. Las momias eran cuidadosamente envueltas en lino, fibra asociada a la pureza y a la luz solar. Aquellas vendas no solo preservaban el cuerpo: simbolizaban la reconstrucción del ser en su paso al más allá.

La diosa Neit (Neith), una de las más antiguas del panteón egipcio, era considerada tejedora del universo. Se la representaba con el huso y la lanzadera, y se decía que había tejido el mundo y los destinos de los hombres. En los rituales funerarios, su figura recordaba que tejer era un acto de creación, pero también de protección.
Así, envolver un cuerpo era envolver su historia: cada capa un hilo de memoria, cada nudo un deseo de permanencia.

 

 

Tradición viva

En África, el tejido no es solo arte: es tiempo, identidad y conexión. Cada fibra une el pasado con el presente, el cuerpo con el espíritu. Tejer sigue siendo una forma de recordar quiénes somos, y de celebrar el color con que la vida se escribe.

 

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Referencias visuales

1. Bogolán (Malí) – Tejido y teñido con barro fermentado, decorado con símbolos geométricos.
Imagen: tela bogolán tradicional.
Fuente: Wikimedia Commons.

2. Aso Oke y Adire (Nigeria, pueblo yoruba) – Aso Oke tejido con tiras angostas de algodón y seda; Adire teñido por reserva con índigo natural.
Imagen: mujer colgando telas Adire teñidas con índigo.
Fuente: Wikimedia Commons.

3. Adinkra (Ghana) – Tela estampada con símbolos tallados en calabaza y pigmento natural, usada para comunicar valores y proverbios.
Imagen: paño Adinkra, Museo Británico.
Fuente: The British Museum.

4. Momia y sarcófago egipcio (Egipto) – Ejemplo de vendajes y envoltorios de lino usados en los rituales funerarios.
Imagen: sarcófago infantil con momia.
Fuente: Wikimedia Commons.

5. Neit, diosa egipcia del tejido – Representación simbólica de Neit tejiendo el universo.
Imagen: ilustración generada por IA (Gemini, 2024).
Uso educativo.

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